15 Mayo 2023

En los muros de la iglesia de San Salvador, un tesoro insospechado

de LUCIE MOTTET

Dos grandes marcos con un fondo rojo, sobre los que se colocaron una serie de pequeños objetos devocionales, fueron retirados recientemente de las paredes de la iglesia de San Salvador. El objetivo principal de la operación era limpiarlos en preparación para una exposición en junio de 2023. Objetos antiguos y de vidrio en una cueva del tesoro, ¿qué podrían contener estas «pinturas» en lo alto? El paso del coleccionista George Al’Ama y Jack Hawileh, especialista en joyería antigua, levantó el velo sobre estas cuestiones, y permitió el redescubrimiento de piezas absolutamente únicas.

Entre los exvotos, podemos ver en la parte superior del marco, el largo collar de ámbar que lleva alrededor del cuello y en la muñeca la modelo del cuadro de Albrecht de Vriendt (ver abajo).

En el altar de la Virgen en la iglesia de San Salvador, tras una operación delicada y algo técnica, se desengancharon los dos grandes guardianes que han velado por los feligreses durante casi 150 años. Con composiciones eclécticas de monedas, medallas, pendientes y otras joyas, piezas de tocados e incluso pequeños objetos de nácar, estas dos grandes vitrinas fueron los receptáculos de las oraciones, súplicas y piedad de la gente de la Ciudad Vieja y de los peregrinos extranjeros.

A pesar de la espesa capa de polvo, algunos objetos conservan su brillo, lo que demuestra la preciosidad de sus materiales. De paso por San Salvador, George Al’Ama, reconocido especialista en arte palestino y miembro del comité científico del Terra Santa Museum, se detiene inmediatamente al ver estos marcos, ahora no muy relucientes.

Una de las dos vitrinas en su estado original, desmontadas de los muros de la iglesia de San Salvador en Jerusalén.
La novia de Belén de Albrecht de Vriendt (1843 – 1900). En los marcos había tanto collares de ámbar como pulseras de plata. Gracias a Marie-Armelle Beaulieu por compartir esta imagen con nosotros.

De sorpresas a asombros

«¡Estas dos vitrinas son un museo en sí mismas!» exclama inmediatamente. Al abrirlas, las manos del coleccionista se tiñen de negro: «Estos son los residuos del humo de las velas», analiza George, «Creo que estos marcos están ahí desde la inauguración de la iglesia. Estaban fijados muy alto, lo que protegía los tesoros contenidos».

Grandes collares de ámbar destacan en la parte superior de los marcos. Con su vivacidad característica, George encuentra en unos segundos la foto de un cuadro de Albrecht de Vriendt, La novia de Belén. En un toque orientalista, vemos a una joven vestida de novia, y, en la muñeca y bajo el iznaq de plata, una larga hilera de cuentas de ámbar. «Estos collares sí existen», se maravilla el coleccionista. Jack Hawileh, un especialista de Jerusalén en objetos de ámbar, es notificado de inmediato. Una semana después, aquí está con nosotros, comparando la calidad y el tamaño de las perlas. Cuanto más grandes y opacas son las perlas, mejor es la calidad, explica a los neófitos que lo rodean.

La revisión de los objetos continúa: en medio de joyas de calidad variable, ciertas piezas resultan intrigantes. Jack se enfoca en cuatro piezas que ensamblan palos de vidrio azul retorcido, rodeados de cilindros delgados que terminan en monedas otomanas de oro. «Lo encuentro infinitamente conmovedor», continúa Jack, moviendo las pequeñas placas de metal recortadas en forma de bebé, sujetas por una cinta. «Estos exvotos los colocaron mujeres pidiendo tener hijos».

Jack Hawileh y George Al’Ama estudiando el material desempolvado de las vitrinas y registrado en las colecciones del Terra Santa Museum.
El estado de las vitrinas cuando fueron descolgadas.

El mundo entero en una caja.

Pasamos ahora a pulseras grandes muy preciosas, sin duda de fabricación siria: los cierres que sujetan una serie de cadenas de oro tienen, grabadas en árabe, en una la inscripción «Mar Youssef», en la otra «Issa» y «Maria». La Sagrada Familia en las muñecas. Estas pulseras probablemente se hicieron en Alepo, donde hay una gran comunidad cristiana. Dos o tres cadenas típicas del norte de África, joyas de Bohemia, Europa del Este, Turquía, Asia Central… La procedencia de los objetos parece aventurarse hasta Samarcanda, o incluso hasta la India o China, si nos basamos en dos collares y un broche adornado con turquesas. El mundo entero en una caja.

«Nunca había visto eso», susurra George, tomando un bughmeh (collar palestino tradicional) en medio de pequeños corazones votivos franceses. Y sin embargo, este especialista en trajes tradicionales palestinos ha tenido este tipo de joyas entre sus dedos más de una vez. Pero este es en oro, un ejemplar único, mientras que todos los modelos conocidos son en plata. Jack confirma que en cuarenta años de carrera, también es la primera vez que se encuentra frente a una obra de este tipo.

Una gran medalla también llamó la atención de los dos especialistas: «Es oro de 22 quilates», analiza inmediatamente Jack. «Y los grabados son los mismos que se hicieron para el nácar de Belén», agrega George, «es un verdadero tesoro, hay que añadirlo a toda costa a la exposición permanente del museo».

El bughmeh se entrega al hermano Stéphane ofm , director de la oficina del Patrimonio Cultural de la Custodia. Está compuesto por un collar gargantilla en trenzado metálico al que se le cuelgan monedas.

¿Cómo explicar tal diversidad de objetos y procedencias en apenas dos metros cuadrados de las vitrinas? Estos marcos, colocados a los lados del altar de la Virgen, recogían los exvotos, aquellos objetos ofrecidos para pedir un favor o dar gracias por otro, depositados en la parroquia o en el Santo Sepulcro. Reunidos por los sacristanes de San Salvador, fueron colgados en la iglesia, una costumbre que se encuentra especialmente entre los ortodoxos.

Dispuestas, clasificadas, ordenadas e inventariadas, estas joyas solo esperan ser limpiadas antes de ser presentadas, unas en el futuro museo, otras en una pequeña exposición prevista para el otoño-invierno de 2023. Mientras tanto, aún no han terminado de desvelar sus misterios…

Agradecimientos: George Al’Ama, Jack Hawileh, Ilaria Turatti, Jorge Trejo.

(Traducido del francés por Jorge Trejo Olivares)

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