28 Diciembre 2021

Lorraine Abu Azizeh: cuando la arquitectura y la restauración se unen en Oriente Medio

de LUCIE MOTTET

El Terra Sancta Museum se enorgullece de contar en su equipo con numerosos expertos internacionales que llevan más de cinco años trabajando en su realización. Entre ellos se encuentra Lorraine Abu Azizeh, arquitecta francesa que lleva más de 15 años trabajando en proyectos de patrimonio en Francia y Oriente Medio.


¿Puedes describir brevemente tu trayectoria?

Me llamo Lorraine Abu Azizeh, soy arquitecta y trabajo desde agosto de 2020 para la Oficina Técnica de la Custodia de Tierra Santa. Nos encargamos de las diferentes obras que se llevan a cabo en las propiedades franciscanas, incluyendo por supuesto el Terra Sancta Museum, donde trabajo con Vincenzo Zuppardo, el arquitecto responsable del proyecto del museo.

Me gradué como arquitecto en Francia en 2007 y también tengo un máster en historia de la arquitectura. El patrimonio es un campo que siempre me ha interesado mucho. Durante mis estudios, tuve la oportunidad de ir a Italia durante un año, donde pude seguir cursos de historia y topografía [1] y proyectos de restauración que no suelen ofrecerse en las escuelas de arquitectura de Francia. Después me fui a Alemania, donde trabajé durante 6 meses en Maguncia en un instituto de topografía. Cuando terminé mis estudios supe que no quería trabajar en oficinas de arquitectura clásica.

¿Cómo y cuándo empezó a trabajar en obras de construcción en Oriente Medio?

Durante mi maestría en Historia, conocí al director de la misión arqueológica francesa en Mari (Siria). Me ofreció la oportunidad de trabajar como arquitecto en este sitio mesopotámico. No conocía este entorno en absoluto. Fui allí cada año durante tres años para inspeccionar las excavaciones, lo que me hizo ser muy consciente de los problemas de conservación y desarrollo de los yacimientos arqueológicos. Al mismo tiempo, trabajaba en París en una oficina de arquitectura que se ocupaba de proyectos de restauración para clientes privados (castillos, granjas, chalets, etc.).

Luego tuve la suerte de conseguir un puesto de cuatro años como arquitecto responsable de investigación como en el IFPO [Instituto Francés de Oriente Próximo], en Ammán (Jordania). Trabajé en particular en la finalización del programa de restauración del Templo de Zeus en Jerash, un importante sitio arqueológico. Dirigí un equipo de 10 trabajadores de habla árabe, algunos de los cuales eran canteros.

¿Cómo conociste a la Custodia de Tierra Santa?

Desde 2016, trabajé en un estudio de arquitectura en Lyon [Agence Archipat, Francia] dirigido por seis arquitectos especializados en patrimonio. Fue una experiencia muy enriquecedora, y pude dirigir varios grandes proyectos de restauración de monumentos históricos (Château de Ray-sur-Saône, Forges de Baignes, Château de Ripaille en Thonon-les-Bains).

Luego me trasladé a Jerusalén por motivos familiares, y encontré este puesto en la Custodia, de forma un tanto inesperada. Trabajar en la ciudad vieja de Jerusalén es apasionante y he descubierto que trabajo en un entorno religioso, en un convento, ¡que nunca deja de sorprenderme! También es una oportunidad para redescubrir lugares y darme cuenta de la suerte que tengo de trabajar en proyectos aquí, en la ciudad vieja de Jerusalén o en Nazaret, por ejemplo. 

El departamento técnico es un equipo pequeño, pero el ambiente es estupendo y me gusta especialmente que todos trabajemos en un contexto multilingüe: hablamos italiano, inglés, árabe y, a veces, francés.

¿Cómo pone su experiencia al servicio del Terra Sancta Museum?

Llevo 15 años trabajando en el sector del patrimonio, en Francia y en el extranjero, y el contexto de Jerusalén me recuerda mi experiencia en Jordania. Hay verdaderas diferencias con Francia, sobre todo en lo que se refiere a la organización del trabajo, la jerarquía, el hecho de ser mujer o no, de hablar árabe o no… Pero hay un punto común en todas las obras de restauración: en patrimonio, siempre trabajamos con empresas muy cualificadas y trabajadores especializados. Se trata de gente que conoce su oficio y que conoce muy bien las técnicas tradicionales: siempre tengo mucho que aprender de ellos. Lo que me parece especialmente interesante de los trabajadores de la Custodia es la relación diaria con ellos, que es necesariamente diferente a la relación con un trabajador de una empresa externa. Se crean vínculos y también se produce un verdadero intercambio con respecto a las técnicas y materiales locales (en particular la piedra aquí).

¿Cómo podría explicar el interés profesional que representa para usted el proyecto del Terra Sancta Museum (TSM)?

Para mí, uno de los mayores intereses del proyecto TSM, más allá de la dimensión patrimonial, es la composición de un equipo multidisciplinar, con arquitectos, un escenógrafo, ingenieros, obreros especializados, etc. La presencia de un comité científico es también un elemento poco frecuente en los proyectos privados y da al proyecto un crédito especial.

Por otra parte, la presentación de las colecciones me interesa mucho, nunca he trabajado en un proyecto museográfico de esta envergadura y con tantos problemas técnicos. Por un lado, hay cuestiones relacionadas con el control de las condiciones ambientales en este espacio, que no fue diseñado como museo. Por otro lado, es la complejidad de presentar y conservar las obras que se expondrán en el museo.

En mi opinión, el trabajo que realizaremos sobre los problemas en que existen entre la museografía y el proyecto arquitectónico del TSM será fascinante.


[1] El estudio topográfico en arquitectura es una representación gráfica de una estructura existente. Su objetivo es reconstituir la documentación técnica de un edificio (plano, secciones, fachadas, detalles) cuando no existe.

(traducido del francés por Eduardo Moreno Calero)

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