30 Abril 2024

Los osarios, testigos arqueológicos de la primera comunidad cristiana

de MARGHERITA CAPUANI

¿Qué son los osarios y qué podemos aprender de ellos sobre la historia de la primera comunidad cristiana y sus prácticas funerarias? Margherita Capuani, joven arqueóloga y voluntaria del Terra Sancta Museum en su Sección Arqueológica, nos ayuda a comprender la importancia de estos objetos.

Las colecciones de la SBF en el Terra Sancta Museum en su Sección Arqueológica comprenden un importante grupo de osarios que datan de la época de Herodes (del 50 a.C. al 100 d.C.). Estos objetos son cofres hechos de piedra local para guardar los huesos de una o varias personas fallecidas. Su longitud máxima generalmente corresponde a la de un fémur, el hueso más largo del esqueleto.

Una parte de la colección de osarios conservada por el Terra Sancta Museum-Archaeology

Estos artefactos son típicos de la región de Judea-Palestina y son evidencia de la práctica funeraria conocida como el segundo entierro. En esta tradición judía, muy extendida en esa época, el cuerpo del difunto era inicialmente lavado, ungido, cubierto con un sudario y luego colocado en una tumba. Los huesos se recogían al final del proceso de descomposición y se colocaban en el osario, que al final se colocaba en una cámara funeraria o en un compartimento específico de la tumba

LA NECRÓPOLIS DE DOMINUS FLEVIT

La mayoría de los osarios expuestos en el Terra Sancta Museum en su Sección Arquelógica, proceden de la necrópolis romana de Dominus Flevit, en el Monte de los Olivos. Fueron descubiertos en la década de 1950 durante las excavaciones arqueológicas dirigidas por fray Belarmino Bagatti (1905-1990).

Algunos de los osarios están pintados, los más de amarillo o rojo, y presentan ricas decoraciones en forma de motivos vegetales (rosetones, acanto y palmeras) y geométricos (elementos arquitectónicos). Tres de ellos se exhiben en las salas del museo consagradas al Dominus Flevit y a la vida cotidiana en tiempos de Jesús.

La colección de osarios conservada en la sala dedicada a la vida cotidiana en tiempos de Jesús

TRES EJEMPLOS EXCEPCIONALES

El primero fue descubierto con sus huesos (hoy guardados por separado). Tiene un par de rosetones de seis pétalos, separados por una gran columna sobre un pedestal y un capitel con un friso de esvásticas (elemento recurrente en la arquitectura de la época herodiana) y volutas jónicas. Cuatro nombres de los difuntos están grabados en griego sobre la roseta de la izquierda: Zacarías, Mariana, Lázaro y Simón. El apellido también se repite en hebreo.

El primer osario que presenta cuatro nombres grabados

El segundo osario está decorado con dos grandes flores de ocho pétalos, separadas en el centro por una pequeña palmera y enmarcadas por una banda ancha con un motivo de diamantes. La cubierta tiene forma de techo a dos aguas, decorado con cuatro rosetones de seis pétalos cada uno, incluidos en un círculo.

El segundo osario, ricamente decorado

El tercer osario tiene su superficie completamente cubierta de pintura roja y está adornado en un lado largo y en un lado corto: el lado largo tiene dos rosetas con seis pétalos encerrados en tres círculos concéntricos, y separados entre sí por una línea en zigzag. El lado corto presenta la misma decoración, pero en proporciones más pequeñas.

El tercer osario, cubierto de pintura roja.

EL INTERÉS DE LOS NOMBRES DE LOS FALLECIDOS

El museo también cuenta con osarios estéticamente más sobrios, pero de gran importancia arqueológica. Estos ejemplares están decorados con inscripciones, grabadas o realizadas en carboncillo, en griego, hebreo o arameo. Estos nombres de los difuntos proporcionan información invaluable sobre la población de la antigua Jerusalén. Un osario expuesto en la sala sobre la vida cotidiana en tiempos de Jesús tiene en dos lados el nombre de Ismael repetido cuatro veces, en griego y en hebreo. Cualquiera que fuera la dirección en la que se colocara el osario, el propio Ismael o un familiar se aseguraba de que el nombre siguiera siendo legible.

El cuarto osario grabado con el nombre Ismael

Otros ejemplares tienen numerosos nombres mencionados en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles, como Jesús, María, Marta, Zacarías, Simón o Judas. Parecen estar vinculados a lo que los padres Bagatti y Milik identificaron como la primera comunidad «judeocristiana».

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