16 Abril 2024

Un primer icono del Terra Sancta Museum restaurado por el Institut National du Patrimoine (INP)

de AUGUSTIN BERNARD

El arte cristiano oriental ocupará un lugar decisivo en el futuro Terra Sancta Museum – Arte e Historia, con una sección dedicada de 90 metros cuadrados. En particular, se expondrá una selección de iconos de los 240 que conserva la Custodia de Tierra Santa y algunos de la colección privada de George Al-Ama, miembro del Comité Científico y coleccionista palestino. En París, conocimos a Maylis de Chevigny, que está terminando su curso en el INP con la restauración de el icono de una Virgen Odighitria.

La Manufacture des allumettes (La fábrica de fósforos) es una antigua fábrica en Aubervilliers, en las afueras de París. Desde 2015 alberga el departamento de restauradores del Institut national du patrimoine, la prestigiosa escuela francesa de conservadores y restauradores del patrimonio nacional. Es en este vasto complejo construido con ladrillos donde Maylis de Chevigny estudia y restaura un icono de las colecciones de la Custodia de Tierra Santa. La joven experta nos lo describe: «Es un icono del norte de Rusia, que data aproximadamente del siglo XVIII. Su estilo se mezcla con líneas muy estructuradas, incluso estrictas, que se remontan a un enfoque medieval del icono, mientras que su decoración muestra un enfoque más moderno. Tiene como modelo iconográfico a la Madre de Dios de Tikhvine, un modelo iconográfico frecuentemente copiado, cuyo prototipo original, también procedente del norte de Rusia, tiene la reputación de ser el origen de muchos milagros».

El icono en las instalaciones del Terra Sancta Museum en Jerusalén listo para ser enviado

Obtener más conocimiento del icono

Maylis de Chevigny es una apasionada del arte del icono, que pudo estudiar de cerca durante una pasantía en el Museo Bizantino y Cristiano de Atenas. Fue al final de esta experiencia y por sugerencia de Raphaëlle Ziadé, jefa del Departamento de Arte Bizantino del Petit Palais y miembro del Comité Científico del Terra Sancta Museum, que decidió escribir su tesis sobre este icono.

Este trabajo supone un estudio pormenorizado de la obra y de las técnicas empleadas en su creación, elaborando un informe muy detallado sobre su estado actual, un estudio técnico y científico de los métodos adecuados de restauración y, por último, un informe de restauración en el que se exponga detalladamente la aplicación concreta de tales metódos.

Esta investigación permitió a la restauradora conocer en profundidad la técnica del icono, gracias a los intercambios regulares con la Escuela de Iconografía Ortodoxa de San Andréi Rubív de París y al estudio de manuscritos antiguos que detallaban los métodos de creación de estas figuras. También permitieron arrojar luz sobre el viaje de este icono desde Rusia hasta Tierra Santa. Maylis de Chevigny siguió las huellas de fray Frans Cornelissen, franciscano flamenco y comisario de Tierra Santa, que compró y dejó esta pieza de colección a la Custodia en 2006.

Devolver la obra a su totalidad original

Este trabajo de investigación y documentación es inseparable del método de trabajo del que Maylis de Chevigny presenta las principales etapas. «Mi trabajo comienza con la conservación curativa antes de la restauración real. La primera permite proteger la obra y preservarla. Empiezo con un tratamiento contra cualquier organismo dañino que pueda estar presente. A esto le sigue una etapa de fijación de las escamas de pintura que ya no se adhieren al soporte, que está formado por paneles de madera, y que presentaba signos de fragilidad y también tuvo que ser consolidado».

Es después de esta primera etapa de trabajo que se puede iniciar la continuación de la restauración. Es un trabajo de gran precisión realizado con el objetivo de mejorar la apariencia del icono. El tratamiento del barniz es una de las dificultades específicas de este icono: «La reducción es necesaria, se agregó en una restauración anterior y no es uniforme. Será la operación más larga y compleja de esta restauración, ya que implica el uso de disolventes de acción lenta. Cada área del icono también tendrá que ser tratada de manera específica».

Maylis de Chevigny trabajando

Una vez realizada esta acción, el restaurador podrá actuar sobre las capas de pintura, retirando ciertas partes pintadas cuando se restauró previamente: «Esta obra ha quedado muy dañada y se han rellenado huecos con masilla sobre la que se ha desbordado la pintura en algunos lugares. Parte del trabajo consistirá en quitar esta masilla superflua y luego poner más en las partes en relieve del icono. Por último, podré trabajar en esta nueva capa para obtener un acabado liso». Una de las dificultades de este icono será también encontrar la capa de pintura original de las capas posteriores aplicadas a lo largo de los siglos para dar un mejor aspecto a esta obra.

Al preguntarle sobre cuánto tiempo durará la restauración, que comenzó el 11 de marzo, la joven restauradora cree que necesitará unas 70 horas de trabajo sin contar el trabajo científico que se realiza al mismo tiempo. Estas horas también son susceptibles de aumentar en función de las fragilidades que puedan aparecer durante la restauración. El icono regresará a Jerusalén en septiembre después de que Maylis de Chevigny haya presentado su tesis. Los visitantes podrán apreciar su nuevo esplendor cuando se abra el Terra Sancta Museum – Arte e Historia en su sección dedicada al arte cristiano oriental.

 

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