13 Noviembre 2025

El Terra Sancta Museum a través de los ojos de un arqueólogo israelí

de JEANNE AMIGUES

David Gurevich es director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Ariel. Apasionado por los fascinantes descubrimientos de Jerusalén, es guía turístico autorizado desde hace más de veinte años. Descubrió el Terra Sancta Museum – Museo Arqueológico del Studium Biblicum Franciscanum (SBF) gracias a su red profesional. Desde entonces, acompaña regularmente a grupos de entusiastas, estudiantes y académicos por las colecciones del museo. Nos sentamos con él para comprender una de las contribuciones científicas más importantes de esta institución.

Retrato de David Gurevich 

David, ¿puede contarnos sobre su investigación en Jerusalén y sus descubrimientos?

Me especializo en el estudio de Jerusalén durante el período romano, especialmente en la época del Segundo Templo. Comencé mi doctorado investigando las grandes piscinas de agua de la ciudad, que eran utilizadas principalmente por los peregrinos. En determinadas épocas del año, como la Pascua, la población de Jerusalén aumentaba enormemente, y era esencial gestionar el suministro de agua para satisfacer las necesidades de los visitantes. Durante mis investigaciones descubrí numerosas cisternas, principalmente situadas fuera de la ciudad, que servían para almacenar agua durante los períodos de mayor afluencia. Estos hallazgos ofrecen una valiosa perspectiva sobre la gestión del agua en aquella época y su papel en la vida social y religiosa de los habitantes de Jerusalén.

¿Y sus proyectos de investigación actuales?

Actualmente estoy terminando un estudio sobre la Fortaleza Antonia en Jerusalén, en el que reconstruyo su arquitectura. Al correlacionar los escritos de Flavio Josefo con los datos arqueológicos, descubrí que la Antonia era una torre muy alta, de unos 120 x 35 metros, situada cerca del lugar donde hoy se encuentra el Terra Sancta Museum.
En mi investigación muestro cómo se desarrolló el asalto militar romano contra el Monte del Templo durante la Primera Revuelta Judía (70 d.C.), combinando los textos históricos con los hallazgos arqueológicos en el terreno.

Otro proyecto en el que participo se centra en la famosa Piedra de Magdala, descubierta en una sinagoga de la época de Jesús (siglo I d.C.). Este objeto es único, y los arqueólogos aún luchan por explicarlo plenamente. Mi equipo adopta un enfoque completamente diferente: trabajando con ingenieros mecánicos, arquitectos e incluso diseñadores industriales, aplicamos un método de “ingeniería inversa”.

Mencionó el Terra Sancta Museum. ¿Por qué lo recomienda?

Es una visita imprescindible para cualquiera que se interese por la historia y la arqueología. A menudo llevo grupos allí porque alberga descubrimientos importantes, como la colección de osarios judíos hallados en Dominus Flevit.

David en plena explicación con su grupo 
David y su grupo visitando el Museo de la Flagelación

Estas cajas de piedra, utilizadas para recoger huesos, ofrecen una perspectiva única de la vida cotidiana de la comunidad judía del siglo I. Por ejemplo, al estudiar los nombres grabados en los osarios, podemos saber qué lenguas se hablaban en tiempos de Jesús. El museo también ofrece una exposición en constante evolución, con nuevos objetos y hallazgos que enriquecen nuestra comprensión de Jerusalén y su pasado.

¿Hubo algún objeto del museo que le causara una impresión especial?

El mosaico de Magdala es fascinante. Representa un pez y una barca, símbolos bastante raros en contextos judíos de esa época. Además, aparece un misterioso objeto parecido a un pulpo, relacionado con la cultura de los baños romanos, que plantea interesantes preguntas sobre las prácticas sociales y religiosas de la población local. El artefacto probablemente representa un conjunto de estrígiles, raspadores utilizados para limpiar la piel en los baños públicos. Los judíos del siglo I evitaban asistir a los baños públicos romanos, y no tenemos ni un solo ejemplo de un baño público en Jerusalén. ¿Quizás las personas que crearon este mosaico tenían una visión diferente sobre este tema?

Como investigador, ¿qué opina del desarrollo del museo?

David y Fra. Alliata

Es un lugar extraordinario. El Terra Sancta Museum sigue creciendo año tras año, y es un verdadero placer ver nuevos espacios y colecciones abiertos al público. La futura planta dedicada a las inscripciones, que también presentará hallazgos fuera de Tierra Santa, es particularmente prometedora. Es fundamental que estos descubrimientos sigan siendo accesibles, y me alegra ver que los franciscanos están invirtiendo tanto para convertirlo en una institución de referencia. También quiero felicitar a los responsables del museo por haber hecho que las exposiciones y el espectáculo multimedia estén disponibles en varios idiomas, incluido el hebreo.

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