Los entresijos de la creación de un museo: retos técnicos y arquitectónicos
¿Qué está ocurriendo en el área de Arte e Historia del Terra Sancta Museum? Para descubrirlo, asistimos a una reunión de trabajo en el estudio de arquitectura Perrot & Richard, que dirigirá el proyecto a lo largo de 2024.

Aunque la renovación de museos es algo habitual, crear una nueva institución cultural desde cero no lo es tanto. Según el informe Cultural Infrastructure Index 2024, elaborado por AEA Consulting, durante ese año se inauguraron 159 museos en todo el mundo, ¡de los cuales solo dos en Oriente Medio! El proyecto del Terra Sancta Museum – Arte e Historia, cuya apertura definitiva está prevista para finales de 2028, es tan original como complejo, y exige un método de trabajo singular que combine conocimiento, experiencia y reflexión colectiva.
Cada miércoles por la mañana tienen lugar reuniones semanales que marcan el ritmo de avance de los estudios del museo. Estos talleres temáticos, presenciales o por videoconferencia desde Jerusalén, Santiago de Compostela (España) o Crema (Italia), reúnen a una quincena de oficinas técnicas, al equipo de dirección de obra (los arquitectos Perrot & Richard) y a la entidad promotora del proyecto (la Custodia de Tierra Santa).


Este método de trabajo, elegido y aplicado por el estudio Perrot & Richard, garantiza un intercambio óptimo de información. Los problemas que surgen se abordan de forma simultánea por todos los expertos implicados (escenógrafos, climatización, electricidad, iluminación, fontanería, etc.), todos ellos unidos por un objetivo común: diseñar un museo que funcione correctamente y cumpla con las expectativas de los frailes franciscanos, evitando contratiempos técnicos, retrasos o sobrecostes que puedan ralentizar la obra.

¡Un espacio patrimonial polivalente y lleno de retos!
Aunque los estudios están bastante avanzados (el proyecto se encuentra actualmente en fase PRO[1]), la complejidad arquitectónica del conjunto, con su variedad de espacios y características constructivas (tipos de muros, bóvedas, etc.), convierte el trabajo en un verdadero reto. A esto se suma su ubicación específica dentro del convento de San Salvador (cripta de la iglesia parroquial), lo que obliga a repensar toda la gestión de flujos. «Se trata de espacios semienterrados servidos por una única galería, que a su vez es el acceso principal al convento», explica Lorraine Abu Azizeh, arquitecta del estudio P&R. Un lugar de paso constante, frecuentado por personas con necesidades muy distintas: desde un cortejo fúnebre, hasta una procesión por la entrada de un dignatario al convento, sin olvidar el centenar de frailes residentes que se desplazan diariamente entre el convento y el Santo Sepulcro. «El museo no debe paralizar la vida del convento, y al mismo tiempo debe garantizar la seguridad de los visitantes», recalca Lorraine Abu Azizeh, que sigue dialogando con la parte promotora del proyecto sobre qué elementos deben incluirse en la zona de acogida (control de seguridad con escáner, sistema de validación de entradas, red Wi-Fi para descarga de la app del museo, etc.).


Uno de los mayores desafíos es el espacio disponible, ya que, como señala la arquitecta, «¡estamos al límite en todas partes!». El aforo máximo del museo se ha fijado en 223 personas (personal incluido).
Adaptarse a las normativas locales
Situado en una ciudad tan especial como Jerusalén, la construcción del museo requiere una constante adaptación a la normativa local. Un ejemplo concreto: el sistema de extracción de humos para los futuros 1.200 m² del museo. Durante la fase de estudio anterior (APS), el consorcio coordinado por Perrot & Richard se basó en la normativa francesa, que suele ser más exigente que la de otros países, incluidos los Estados Unidos.
La incorporación al proyecto del arquitecto palestino Jawad Sleibi en marzo de 2025, como responsable de todas las cuestiones locales (normativa, disponibilidad de materiales y equipos, costes locales), ha permitido reunir la información necesaria para abordar este tema. Y, efectivamente, han sido necesarias varias adaptaciones a los estándares actuales de Jerusalén.
«En algunos aspectos, la normativa israelí es incluso más estricta que la francesa en lo relativo a la ventilación de humos, mientras que hay otros elementos que ni siquiera parecen estar regulados», explican Agnès Adde (ingeniera HVAC/fontanería, BET Fluencie) y Pierre-Henri Causin (accesibilidad/seguridad, Kairn architecture), responsables del estudio de esta cuestión.
El equipo de dirección de obra está evaluando la mejor solución para cumplir con la normativa israelí y, al mismo tiempo, asegurar una eficiencia total en todos los ámbitos, dado que la seguridad es un aspecto esencial.


Relacionado con esto surge otro tema: la capacidad eléctrica del museo en caso de corte de suministro. El generador actual del convento ya está al límite de su capacidad y no sería suficiente para alimentar los sistemas del museo. Por tanto, se requiere un generador propio, tal y como exige la normativa.
El intercambio entre Lorraine Abu Azizeh, Vincent Frichot (ingeniero eléctrico, BET ILAO), Martina Pavanetto (ingeniera estructural, BET R-Struct) y Jawad Sleibi pone sobre la mesa preguntas clave sobre el tamaño y la ubicación del generador. Cuantos más sistemas deba cubrir y mayor sea la autonomía requerida, más grande y pesado será el equipo. Elegir su ubicación es una decisión crucial, ya que puede implicar intervenciones estructurales que no siempre son viables en un edificio antiguo como un convento. Las conversaciones están lejos de haber terminado en el Terra Sancta Museum – Arte e Historia, siempre guiadas por un sano pragmatismo franciscano. Como suele recordar Béatrix Saule, presidenta del Comité Científico del Museo y directora honoraria del Palacio de Versalles: «¡No estamos construyendo un hotel de lujo!».

[1] Etapa de finalización del proyecto para poder iniciar la consulta a las empresas a principios de 2026