La firma de arquitectura Perrot y Richard se une al proyecto del Terra Sancta Museum
El Terra Sancta Museum entró en la fase de construcción el verano pasado después de un período de estudio y desmantelamiento de lo que serán sus futuros espacios. En esta ocasión, la firma de arquitectura Perrot y Richard, especializada en proyectos de contexto patrimonial, se unió a los equipos participantes en este gran proyecto. Nos reunimos con los arquitectos Florent Richard y Lorraine Abu Azizeh en su oficina de París.
Fundada por el arquitecto jefe de monumentos históricos Alain-Charles Perrot y el arquitecto patrimonial Florent Richard, esta firma se ha especializado en la valorización y conservación de patrimonio durante treinta años. Se ha consolidado como un actor clave en este campo, con trabajos en monumentos franceses tan prestigiosos como la Ópera Garnier, la Sainte-Chapelle o la Comédie Française.
Esta área de especialización tan específica requiere trabajar dentro de un marco riguroso en el que el respeto por el pasado impregne el proyecto a lo largo de su realización. Este requisito está en el centro de la profesión de Florent Richard, quien afirma: “Al intervenir en un edificio existente, uno debe ser aún más creativo cuando se enfrenta a un marco de máxima restricción. Las soluciones repetitivas no se pueden utilizar en situaciones que siempre son diferentes. Somos profesionales con soluciones a la medida”.
Esta experiencia hecha a medida es precisamente lo que necesita el Terra Sancta Museum, ya que su Sección Histórica cobra vida dentro del convento franciscano de Tierra Santa. Este antiguo monasterio georgiano, adquirido en 1559 por los Frailes Menores después de su expulsión del Monte Sión por el poder otomano, alberga hoy a un centenar de los frailes y a una parroquia de miles de fieles. El Terra Sancta Museum debe integrarse armoniosamente en esta vida comunitaria, garantizando al mismo tiempo una conservación óptima de las colecciones en un edificio con una compleja estratificación histórica.
“Contribuir al nacimiento de este museo es realizar una obra buena”.
La importancia del encuentro, con un proyecto y sus responsables, se hace evidente cuando Florent Richard recuerda su descubrimiento del museo. Fue durante un viaje organizado en noviembre de 2022 por la Fundación Mansart, comprometida con los desafíos de la conservación y la valorización del patrimonio y benefactor del Terra Sancta Museum, que Florent Richard visitó Jerusalén. Fue allí donde descubrió con entusiasmo la preparación de un museo en el corazón de la Custodia de Tierra Santa: “Este proyecto es asombroso: tal cantidad de objetos que hablan de siglos de la historia diplomática, política, artística y espiritual de Jerusalén nos pareció fascinante. ¡Nos involucra en algo muy poderoso!”.
Este descubrimiento dio lugar a un acuerdo contractual firmado el 3 de agosto de 2023 entre el museo y Perrot & Richard, por el que la firma asumió la gestión del proyecto, que se había vuelto demasiado ambicioso para el pequeño equipo de la Oficina Técnica de la Custodia, que ya participaba en unos sesenta santuarios y otros proyectos de viviendas sociales. Todo comienza con el encargo de un informe de auditoría exhaustivo y la contratación de Lorraine Abu Azizeh, arquitecta del servicio técnico de la Custodia de Tierra Santa, encargada de las obras del museo durante dos años. De este modo, el Terra Sancta Museum se beneficia en París de la continuidad de los conocimientos adquiridos en Jerusalén.
En la primera fase de este trabajo, los arquitectos de la firma viajaron a Jerusalén a finales de septiembre junto con algunos consultores. Fue una oportunidad para Florent Richard y Lorraine Abu Azizeh para “movilizar todo un campo de experiencia al servicio de este proyecto (acústica, iluminación…) en una ciudad única en el mundo y atravesada por múltiples desafíos”. Esta visita al sitio permitió realizar un análisis utilizando ingeniería moderna con la realización de un levantamiento fotográfico integral para el trabajo inmersivo, y posibilitando el trabajo remoto a través de herramientas de vanguardia. “No sabíamos cuándo íbamos a poder regresar, si por nuestras otras actividades o por la presencia o ausencia de nuestros contactos. Vinimos como si fuera la primera y la última vez, para una misión de tres días, durmiendo muy poco por la noche: nuestro tiempo de capitalización es siempre muy corto para defender mejor la causa que se nos ha confiado”, cuenta Florent Richard.
Los resultados de esta auditoría se presentaron al Comité Científico a finales de 2023. Sugieren vías de reflexión y profundización sobre temas cruciales: la gestión de los flujos de visitantes y el acceso al museo, el tratamiento del aire, la armonización de los niveles de suelo para permitir la visita del museo al mayor número posible de personas y la ampliación de las instalaciones técnicas. Estas líneas de trabajo estarán en el centro de 2024, en el que se producirán estudios en profundidad. Por lo tanto, estos esfuerzos de investigación movilizarán a arquitectos, especialistas en estructuras y fluidos, acústicos, diseñadores de iluminación y economistas de la construcción, en estrecha colaboración con el escenógrafo. Las sesiones que reunirán a estos profesionales se llevarán a cabo semanalmente en París, la primera de las cuales tuvo lugar los días 16 y 17 de enero en presencia de parte del equipo de Jerusalén.
El rumbo está marcado: para finales de año, la Custodia espera lo que se conoce en la jerga de la construcción como los “documentos de licitación del proyecto”, es decir, el último paso antes del lanzamiento de los acuerdos con las empresas que llevarán a cabo los trabajos de la tercera fase del proyecto. Por ahora, Florent Richard está movilizando todas las energías: “Es un proyecto que nos toca nuestros corazones, y sabemos que este lugar nos va a transformar, ¡contribuir al nacimiento de este museo es realizar una obra buena!”
